sábado, 9 de abril de 2011

Títere

Acostumbrada al rechazo, al aislamiento... Acostumbrada estoy.

Todos me utilizan, cuando están solos lloran en mis hombros, cuando la rabia los consume conmigo se desahogan. Pero esto cambia. Cuando están alegres o la felicidad corre por sus venas, de mí se olvidan, como si de un juguete viejo se tratara mi corazón, no les importan mis sentimientos, se los comen, como los niños se comen las golosinas, como las hormigas se comen las migajas que, sin querer, al suelo se caen.

Soy para ellos una marioneta que fácilmente pueden manejar, que nunca dice NO, que siempre está ahí...
Eso harta, hace que de un momento a otro explotes, como si fueran una bomba o un volcán.
¿A quién no le molestaría que sus brazos, piernas, cabeza y corazón estuvieran controlados por hilos?
Hilos de miedo de perder a esa persona, que en sí, daño te hace.
Pero esos hilos vuelven a vencer a este corazoncillo, se ablanda, lo ablandan...Y vuelve a ejercer su papel de títere una vez más...

Desde mi ventana


Puedo contemplar, desde mi ventana, más allá de los muros de mi refugio, un sin fin de cosas, curiosidades, sentimientos...

Árboles. Árboles dibujados con precisión, siluetas negras que se posan delante del cielo cuando se torna anaranjado, el Sol se va a dormir. Esos atardeceres repletos de ideas no utilizadas, que anuncian el fin del día, la noche comienza.

Parejas. Parejas de amigos o de algo más, comprometidos o casados, pero que reflejan el amor que sienten el uno por el otro a cada paso que dan.

Amigos. Amigas. Pandillas de chavales, van, vienen. Quizá hayan visto la nueva película, pero la que estoy viviendo yo es mucho mejor.

Contiene matices amargos, trozos de vida y desilusiones no olvidadas, que siguen ahí como el primer día.
Y entonces es cuando llega esa ola, llena de tristeza, angustia y lágrimas. Me aferro a la almohada y pienso- ¿Qué hago yo aquí? El día es despejado, alegre, primaveral... ¿Porqué soy prisionera de el sufrimiento, el dolor y de las gotas saladas que de mis ojos brotan? Esa cárcel que me oprime, miedo.
Miedo al desprecio, al aislamiento, al rechazo, simplemente a lo que y quien me hará daño... -

Pero esa ola se pierde, de nuevo, en un mar de dudas, y vuelvo a pensar- Quizá esta película no sea tan buena-

Entonces mis ideas brillan, dan luz a la habitación, escasa de esta ya que comenzó el ocaso:
Las cadenas, los muros, todo se rompe y nace una nueva chica que ya no mira a la ventana.

Lo escuchas?

+ Oye, ¿escuchas eso?
- No, ¿El qué?
+ Tu dignidad, se esta cayendo gota a gota...

Libertad.


Libertad, ¿Porque es una sensación tan poco utilizada?
Es un derecho, ser libres, nuestros actos, nuestras palabras, nuestros pensamientos...Libres.

Muchas personas están esclavizadas en sus propias cárceles, manos ajenas, cadenas invisibles..
.
Esos hechos, los que el ser humano sufre, no quitan la ganas de vivir, la felicidad, la esperanza y nuestra libertad

Y por eso, tienes que levantarte, alza tus manos al viento y defiéndete.

Porque todo el mundo, pobre o rico, libre debe ser.

martes, 15 de marzo de 2011


Esas mariposas en el estómago, esos nervios.
Le he mandado un mensaje de texto, ¿contestará o no? ¿creerá que yo, junto a ese mensaje, somos estúpidos?
Pero el movil se enciende, parpadea y vibra. Bien. Abro el sobrecito y leo, atentamente:

''Hola. Se que te has dignado, por fín, a escribir este mensaje, y lo haces con nervios, te conozco demasiado.
Y aquí esta mi respuesta: Sí.
Sí, porque me gustas, siempre me has gustado, y nunca he tenido el puñetero valor a decirtelo. Te quiero, desde que te ví en el instituto, aquel día, me hablaste, te hiciste mi amiga rápidamente, con tu simpatía, juventud, alegría... Porque eres la persona más maravillosa del mundo, y lo supe, aquella vez que me miraste a los ojos, y sentí que eras el segundo corazón que me falta, o ¿acaso no tenemos dos piernas, dos brazos, dos ojos, dos orejas...? ¿Y no tenemos dos corazones? Pues sí, porque ahora tú, eres el mío.

Con mucho amor, Mike.''

Sí, sí, sí. Por fín, el mejor día de mi vida llegó. Me respondiste y me dijiste por primera vez ''Te quiero'', y las mariposas volaron muy, muy lejos, a empujar a otro corazón perdido a el amor.

Efímero.


Te quedaste tan poco tiempo, ¿porqué fuiste tan efímero? Tus labios, besos, respiración, tu olor a menta en el pelo, tu ser, todo, se fue contigo.
Todo se desvaneció, nada parecía haber ocurrido. Nada.
Y crees que no fuiste demasiado para Él, que, quizá, buscaba a alguien mejor, que no me quería, que no me valoraba, que no le importaba lo más absoluto.

Pero ahora, en frío, en mi habitación, en calma, pienso. ¿Y que fue de de aquellos besos, aquellas promesas del universo? Claro que yo si que valgo, claro que era más de lo que Él merecía, y sobre todo, yo le quería.
Pero se consumió, como un diente de león, cuando soplamos, y todas las fibras, pequeñas hojas que lo forman, se alzan al cielo, a volar sin rumbo, libres, pero solo dura unos segundos, esa libertad, que fue tan efímera como tu presencia.

Pero ahora, en la fría oscuridad de la noche, pienso en tí y una gota salada por mi mejilla corre, hasta un mar de lágrimas, en la profundidad de mi alma.

Un día cualquiera.


Un día, sales de tu apartamento, soleado y amplio, pero modesto. Bajas las escaleras y llegas al portal, pero llega esa sensación.
Ese sentimiento, que te hace avanzar pero parar en el camino, adelantar un pie pero alejarlo de nuevo, porque tienes un pequeño sentimiento de culpa, o quizá despiste.
Sientes que algo se te olvidó, en la mesa, la silla, el sofá... Algo que estaba preparado, en cualquier lugar, rincón de tu habitación, o quizás de la cocina...
Pero te paras un momento y piensas, lo que se me olvidó fue el corazón.