martes, 15 de marzo de 2011

Efímero.


Te quedaste tan poco tiempo, ¿porqué fuiste tan efímero? Tus labios, besos, respiración, tu olor a menta en el pelo, tu ser, todo, se fue contigo.
Todo se desvaneció, nada parecía haber ocurrido. Nada.
Y crees que no fuiste demasiado para Él, que, quizá, buscaba a alguien mejor, que no me quería, que no me valoraba, que no le importaba lo más absoluto.

Pero ahora, en frío, en mi habitación, en calma, pienso. ¿Y que fue de de aquellos besos, aquellas promesas del universo? Claro que yo si que valgo, claro que era más de lo que Él merecía, y sobre todo, yo le quería.
Pero se consumió, como un diente de león, cuando soplamos, y todas las fibras, pequeñas hojas que lo forman, se alzan al cielo, a volar sin rumbo, libres, pero solo dura unos segundos, esa libertad, que fue tan efímera como tu presencia.

Pero ahora, en la fría oscuridad de la noche, pienso en tí y una gota salada por mi mejilla corre, hasta un mar de lágrimas, en la profundidad de mi alma.

2 comentarios: